Aunque no todos los incendios son provocados o consecuencia de negligencias, es imposible determinar el númer exacto de siniestros que quedan impunes o se saldan sin ninguna detención, ya que en más del 60 por ciento de los casos no se llega siquiera a conocer la causa.

Para Mario Rodríguez, portavoz de Greenpeace, este desconocimiento de las causas constituye el principal problema para acertar con las medidas preventivas y determinar las responsabilidades a que haya lugar en cada caso.

"El problema", declaró a Servimedia, "no es que se detengan a pocas personas, sino la sensación de impunidad que crea l hecho de que en la inmensa mayoría de los casos no sólo no se detenga al responsable, sino que ni siquiera se acierte a saber como se originaron las llamas".

Asimismo, el portavoz de Greenpeace destacó el escaso número de sentencias que se dictan contra autores de incendios, "pese a que estos siniestros se han convertido en una de las principales amenazas para los ecosistemas forestales y la biodiversidad".

De los 3.000 incendios forestales de los que tuvo conocimiento la Guardia Civil en los pimeros 8 meses del año, en 416 los agentes constataron que eran intencionados y otros 353 eran consencuencia de negligencias, en muchas ocasiones quemas de rastrojos en épocas o zonas no autorizadas.

Un número reducido, 274, fueron fortuitos, provocados por causas naturales, trenes o maquinaria industrial, y en cerca de 2.000 casos no se llegó a conocer la causa.