Aunque a mortalidad infantil, al afectar a los más débiles de una sociedad, es un indicador privilegiado del estado de salud de ésta, la cooperación internacional española no prima este área.

Un porcentaje similar se destina a programas para disminuir la mortalidad materna, a pesar de que en los años ochenta rondó la media de 350 por cada 100.000 niños nacidos vivos.

En general, en la AOD española la salud básico no acapara un porcentaje importante del total de recursos, a pesar del crecimiento que expeimentó durante los últimos años, pasando del 1 por ciento del total de AOD en 1993 al 3,9 por ciento en 1996.

Por el contrario, la ayuda destinada durante esos años a la infraestructura hospitalaria en zonas urbanas, uno de los sectores prioritarios de los créditos FAD (Fondos de Ayuda al Desarrollo) tuvo una presencia relevante en la cooperación internacional, llegando a alcanzar el 14,3 por ciento del total de AOD en 1994, aunque disminuyó al 6,7 por ciento en 1996.