Según José Antonio Gil Sotres, consejero de Trabajo y Servicios Sociales de la Xunta, la finalidad del programa es lograr que el anciano o el minusválido permanezcan en su medio social cotidiano, facilitando su integración y evitando el internamiento en instituciones.

La adopción familiar deberá realizarse en el mismo municipio en que reside el anciano o el minusválido y las familias escogidas recibirán una compensación económica que oscilará entre 60.000 y 70.000 pesetas.

Esta cantidad erá sufragada en parte por el beneficiario, que entregará para este fin la mitad de la pensión que perciba, mientras que el Ejecutivo gallego abonará el resto.

Para poder beneficiarse de este programa los ancianos deberán tener más de 65 años y carecer de relación familiar hasta el tercer grado, mientras que los minusválidos deberán ser mayores de edad y la minusvalía no les podrá afectar a más del 65 por ciento de sus funciones motoras.

Gil Sotres espera que con este proyecto se pueda poner cotoa una práctica habitual, muy enraizada en la sociedad gallega, de ceder una parte de la herencia a las familias que sustentan a un anciano.

Las familias que opten por la adopción deberán residir en una vivienda de fácil acceso y no actuar con ánimo de lucro. El plazo de inscripción ya está abierto, aunque las subvenciones no se facilitarán hasta enero.