SOLCHAGA Y MARIANO RUBIO DISCREPAN PUBLICAMENTE SOBRE EL CRECIMIENTO DE LA ECONOMIA EN 1991

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro de Economía, Carlos Solchaga, y el gobernador del Bancode España, Mariano Rubio, discreparon hoy públicamente sobre el crecimiento que registrará la economía este año. Solchaga mantuvo la previsión oficial del 2,9 por ciento, mientras que Rubio aseguró que el PIB aumentará sólo un 2,5 por cien en relación al 90.

Solchaga afirmó en rueda de prensa que respeta las estimaciones realizadas por el Banco de España, pero entiende que "en un momento de notable incertidumbre ocasionada por la guerra, no tiene mucho sentido que hagamos una revisión sobre las perspetivas de crecimiento económico que se han formulado hace cuatro meses".

A su juicio, la revisión de las magnitudes macroeconómicas podrá hacerse "de manera más cabal y con mayor conocimiento de causa cuando algunas de las causas que dan lugar a la incertidumbre hayan desaparecido".

"No voy a discutir sobre si el 2,5, ó el 2,9. Cualquiera que sepa un poco de estadística, sabe que cuatro décimas no es una discusión de sustancia cuando todavía quedan diez meses para terminar el año", concluyó.

or su parte, Mariano Rubio aseguró en la comisión de Economía del Congreso que el PIB crecerá este año un 2,5 por ciento y no el 2,9 por cien previsto inicialmente por el Gobierno.

Rubio señaló que esta corrección a la baja responde a la caída de las inversiones provocada por la guerra y a la incertidumbre sobre el crecimiento de los costes laborales. La nueva estimación coincide con la formulada por la CE, que sitúa el crecimiento español por detrás de Portugal y Alemania, e igualado con Francia. El recimiento medio de la CE será del 2,2 por cien.

Para el gobernador del Banco de España, en el actual enfriamiento de la inversión ha intervenido, aún más que la política monetaria y los altos tipos de interés, la caída de los márgenes de beneficios provocada por el incremento de los costes laborales.

Rubio hizo hincapié en que, si los costes salariales siguen creciendo como en en 1990, la economía española corre el peligro de perder el tren de Europa. A su juicio, es necesaria una política monetria que permita reducir la inflación hasta una banda situada entre el 2,5 y el 3,5 por cien para el 1 de enero de 1993, cuando se implante el mercado único europeo.

El gobernador señaló que la reducción de los tipos de interés dependerá de que el crecimiento de las magnitudes monetarias se ajuste a los límites establecidos por el Banco de España. Precisó asimismo que, aunque él desea suprimir el depósito previo de los préstamos contraidos en divisas, esa medida no se podrá tomar hasta que baje la cotiación de la peseta, lo que también esta condicionado en última instancia al control de la inflación.

LA GRAN INCOGNITA

Para Mariano Rubio, la mayor incógnita de la economía española para los próximos meses es, incluso por encima de la guerra, los incrementos salariales que se pacten en los convenios colectivos, que no deben superar en ningún caso al crecimiento de la productividad.

Reconoció que el "el Banco de España no es quién para decir que es lo que debe hacerse en los convenios colectivos, pero aseguró que sí entra dentro de sus competencias apuntar cuales serían las consecuencias sobre la economía de aumentos salariales demasiado grandes. Agregó que, si los salarios crecen en 1991 y 1992 como el año pasado, "tendrán efectos muy nocivos sobre el crecimiento y el empleo".

En su opinión, los dos grandes problemas de la economía española son la pérdida de competitividad y el mantenimiento de expectativas inflacionistas y ambos están ligados a la evolución de los salarios.

La pérdidade competitividad es el resultado, a su juicio, del incremento de los costes internos, especialmente los salariales, y de la fortaleza de la peseta. Si estas tendencias continúan, aseguró, "la economía española corre peligro a medio plazo".

En cuanto a las expectativas inflacionistas, subrayó que es preciso aplicar una política monetaria que haga imposible trasladar a los precios cualquier aumento de los costes de producción que superen al crecimiento de la productividad.

Rubio reconoció explicitmente que el mantenimiento de las expectativas inflacionistas es responsabilidad del Gobierno y el propio Banco de España, "ya que los agentes económicos son iguales en todas partes y otros países como Francia y Alemania han conseguido acabar con ellas".

SUPERCUENTAS

Por otra parte, Rubio se mostró convencido de que los bancos reducirán los tipos de interés que aplican en sus "supercuentas" porque "se ha producido un encarecimento muy rápido del pasivo y los tipos pagados ahora son muy altos".

echazó, no obstante, los comentarios alarmistas sobre la reducción de los márgenes de beneficio de las entidades de crédito provocada por las cuentas corrientes de alta remuneración, por entender que las ganancias obtenidas por los bancos siguen siendo elevadas.

(SERVIMEDIA)
19 Feb 1991