La presentación de estas "líneas básicas", según insistieron las citadas fuentes, que no entrarán en detalle sobre algunos extremos, aún en estudio, no contará con el responsable de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, Miguel Sebastián, uno de los que han participado en el nuevo diseño, conjuntamente con el equipo de Pedro Solbes.

En líneas generales, la reforma fiscal trata de acabar con la "maraña" de deducciones existentes en el IRPF, de acercar la tributación del trabajo a la del capital, de incentivar modelos de ahorro que no beneficien sólo a las rentas altas y de no tener un coste excesivo para las arcas públicas.

La simplicación será también una de las características, con una reducción de tipos, de cinco a tres, apoyada en un incremento del mínimo exento.

Además, se prevén modificar y aclarar algunas deducciones, si bien se mantendrá la de vivienda y se introducirá un primer avance a la deducción por alquiler. También variará, a la baja, el apoyo fiscal a los planes de pensiones, mientras que mejorará para los seguros de vida y los de dependencia.

Otra de las modificaciones, ya anunciadas por el Ejecutivo, es eliminar las deducciones familiares de la base del impuesto e incluirlas en la cuota. Se trata de que quienes tengan más ingresos no puedan deducirse más por sus hijos que quienes tienen menos ganancias, al fijarse una cifra de deducción para todos, que beneficiará a los contribuyentes con menos ingresos.