El titular de Economía aclaró que la Agencia Tributaria se limita a facilitar el trabajo de los contribuyentes, por lo que, cuando envió el borrador de la declaración del IRPF por primera vez (hace tres años), lo hizo dejando en blanco las casillas para elegir la opción entre la Iglesia católica y otros fines sociales.

En los años sucesivos, añadió, a todos los que piden el borrador se les envía con la "X" en la misma casilla o casillas (porque se pueden marcar las dos) que puso el declarante en el ejercicio anterior.

"Si los dejaramos en blanco, exigiríamos a los ciudadanos que hicieran una rectificación del borrador", por lo que la eficacia que se gana al enviar el borrador quedaría anualuda, apostilló. Ocurre igual, indicó, como cuando se cambia el número de la calle de la vivienda, de ahí que se puede rectificar.

"Lo digo muy claro", recalcó, "no se pone a nadie una cruz distinta de la que puso él en el año anterior en su declaración y por lo tanto, dicho en terminos de manipulación, manipulamos en algunos casos a favor de la Iglesia católica y en otros casos a favor de 'otros fines sociales', tal como ha preferido cada uno de los declarantes".

Este debate surge en plena negociación entre Gobierno y Conferencia Episcopal para fijar el modelo definitivo de financiación de la Iglesia. Solbes recordó que, actualmente, "hay un mínimo que se cubre por parte del Estado" y añadió que "ese mínimo, en estos momentos, incluso se supera claramente repecto a la obligación legal".