El ministro confesó que el apoyo "no ha sido fácil, sino más difícil de lo que algunos podían prever, incluso algunos de los que cantaron victoria esta mañana, pero al final el acuerdo ha sido posible".

Solbes reconoció que "queda mucho trabajo por hacer", y coincidió con el portavoz económico del PNV en que "la situación de la economía es buena, pero no para bajar la guardia".

En cuanto a la acusación del PNV de que el Gobierno se olvida de Euskadi en sus presupuestos, el ministro recalcó "tendremos que definir los perímetros competenciales y los perímetros financieros", o siempre se mantendrán las contradicciones.

En su réplica, Azpiazu lamentó que se haya producido este acuerdo "en la tercera prórroga, muy 'in extremis'. Este tipo de procedimiento, de tercera prórroga e incluso de 'penalty', me parece sufrir innecesariamente".

Confió en que en la negociación presupuestaria del próximo año "podamos cerrar un acuerdo dos días antes de presentar la enmienda a la totalidad, y así nos iríamos tranquilos de vacaciones".

En cuanto al acuerdo sobre el cupo, que "se castiga o vilipendia con comentarios y críticas que no corresponden", explicó que el Gobierno vasco debía pagar inicialmente en torno a 1.500 millones de euros, 3.000 por familia, y tras el pacto será finalmente de 600 euros por familia.