El año pasado la SGAE recibió un total de 17.367 millones de pesetas, un 3,32 por ciento más que el ejercicio anterior, de los que, deducidos los gastos de gestión, se repartieron 15.643 millones entre los 36.507 asociados que tiene este organismo.

Las obras de rehabilitación de la sede de la SGAE en Madrid y el incremento de la plantilla, que ha pasado de 370 a 400 personas, fueron lascausas del aumento de gastos de este año, aunque ello no impidió que los mayores beneficios hayan redundado en una rebaja de las cuotas de los asociados.

Según sus directivos, la SGAE se ha estructurado en los últimos años como una empresa de servicios y los nuevos criterios de gestión y organización le han permitido pasar de 3.500 millones de recaudación en 1983 a los más de 17.000 del año pasado.

EL ROCK A LA CABEZA

En este reparto, los principales generadores de dinero son los grupos de poprock, según explicó el vicepresidente y consejero delegado de la SGAE, Eduardo Bautista, quien afirmó sentirse muy satisfecho por ese dato, ya que él comenzó componiendo e interpretando este tipo de música.

El segundo género en volumen de recaudación son los espacios audiovisuales, seguidos de la canción popular, el teatro y la música clásica, aunque, tal como precisó Bautista, hay casos concretos, como el de Joaquín Rodrigo, que rebasan ese nivel general, pero no son representativos.

En este setido, señaló que el maestro Rodrigo, de quien se han celebrado conciertos de homenaje en todo el mundo durante este año, cobrará en 1993 unos suculentos beneficios derivados de sus derechos de autor sobre las obras interpretadas.

Sin embargo, el consejero delegado recordó que la situación general de los creadores españoles es muy distinta, ya que sólo el 4 por ciento de los autores inscritos en la SGAE cobra derechos por un importe superior al salario mínimo interprofesional.

ACUSACION A LA UCE

A continuación recriminó a la Unión de Consumidores de España (UCE) por su postura en el conflicto planteado entre las sociedades de gestión de derechos de autor y los fabricantes e importadores de cintas para grabar audio y vídeo en torno al cobro de una tasa por copia privada, que actualmente se debate en el Senado.

Esta entidad de consumidores manifestó recientemente su rechazo al canon propuesto en el proyecto de modificación de la Ley de Propiedad Intelectual, que se aplicaría a las cintas vírgens para compensar a los creadores por los derechos que dejan de percibir cada vez que se copian sus obras.

"Parece increíble que la UCE haya llegado al punto de anteponer los intereses de una industria, dominada casi totalmente por las marcas japonesas y alemanas, al reconocimiento de los derechos de los autores, que son uno de los escasos activos con denominación de origen clara que tiene España", aseguró Bautista.