López compareció en rueda de prensa en el Congreso de los Diputados después de una reunión de los dirigentes socialistas vascos y los diputados y senadores que representan a las tres provincias de Euskadi.

Los socialistas vascos creen que el debate en el pleno del Congreso "debiera ser el final de una aventura irresponsable" que contribuye a la división de los vascos, los aislaría de su "espacio natural" y sería perjudicial para sus intereses económicos.

Sin embargo, apuntan también que el debate debe suponer "el inicio de la apertura de un nuevo escenario político de diálogo y de negociación" en el País Vasco.

La negociación pendiente para encontrar un punto común de mejora del autogobierno y de las condiciones de vida de los vascos no está en Madrid, sentenció López, sino en Euskadi, que es donde el "lehendakari" no ha sido capaz de llegar a un acuerdo.

ELECCIONES AUTONOMICAS

Si la apertura de ese nuevo escenario no es posible "por el empecinamiento" del actual Gobierno vasco, las elecciones autonómicas serán "el punto de inflexión" para hacerlo.

Un "lehendakari" socialista, reiteró López, tendría como primer objetivo reunir a todos los partidos vascos para intentar llegar a un acuerdo "sin apriorismos", no tratando de satisfacer "aspiraciones personales" sino los intereses de todos los vascos.

A esa mesa de diálogo cada uno iría con sus posiciones, "los socialistas con las nuestras y ojalá que el PP con las suyas", apuntó, porque ahora este partido mantiene una posición de "inmovilidad e intransigencia".

Patxi López reconoció que el debate de esta tarde es "muy importante" para la sociedad vasca y española, pero subrayó que demuestra la existencia de debate, en contra de las acusaciones de los nacionalistas.

López cree que el debate del "plan Ibarretxe" en el pleno del Congreso debe ser también una jornada de "normalidad democrática", en la que se expongan argumentos "con tranquilidad y serenidad".