De la crisis del Ejecutivo Vasco, que se inició tras la dimisión forzada del ex secretario general de EE, Jon Larrinaga; Jáuregui vertió toda la responsabilidad en la figura del lehendakari y en su partido.

El dirigente socialista aseguró que "prolongar la tensión y la crisis que emos vivido, es una irresponsabilidad", por lo que asumirán la remodelación que Ardanza efectuó tras la salida de Larrinaga del Ejecutivo.

No obstante, los socialistas advirtieron a sus socios de Gobierno que existe "una quiebra muy importante de confianza" con Ardanza y su partido, y que, aunque vayan a actuar en este caso "con generosidad y flexibilidad", la acción parlamentaria y de Gobierno entre los dos socios tendrá que estar presidida por el acuerdo de ambas partes.

Jáuregui insistió en qu las actuaciones que el mandatario vasco ha mantenido en este caso no han guardado las preceptivas exigencias de acuerdo entre los partidos que sustentan el gabinete.

Además, resaltó que el PSE-EE no ha amenazado en ningún momento con la estabilidad del Gobierno de coalición, "pero las atribuciones de responsabilidades están claras en cada partido", añadió el dirigente socialista.

Por su parte, Larrinaga destacó que "ponemos punto y final a esta situación", porque la intención del nuevo Partido Scialista de Euskadi es "crear un nuevo estilo de hacer política".