Sin embargo, esa evolución oculta una trayectoria completamente dispar entre los bancos y las cajas de ahorros principalmente. Los primeros redujeron su red de oficinas en 144, para dejarla en 17.530, en tanto que las segundas la ampliaron en 542 hasta situarla en 16.636.

También aumentaron sus oficinas las cooperativas de crédito, en algo más de 150, con lo que su red cerró el año con 3.468 sucursales.

Estos mismos datos son coherentes con la evolución de las plantillas del sistema crediticio que, según el Banco de España, pasaron de 246.800 a 247.361 entre finales de 1996 y finales de 1997, pero con las mismas diferencias sectoriales.

Así, los bancos recortaron plantillas, de 142.827 a 139.198, en tanto que las cajas las aumentaro de 87.370 a 90.153 y las cooperativas de crédito de 12.024 a 12.804.

También se incrementaron, de 4.306 a 4.936 empleados, las plantillas de los denominados establecimientos financieros de crédito, que agrupan desde sociedades de financiación para la compra de coches hasta compañías hipotecarias.