Dicho expediente, que supondría la extinción de contratos de 1.200 trabajadores sobre una plantilla total de 1.800, está orientada a reducir los costes directos y a restablecer la rentabilidad de las operaciones.

Sintel, que actualmente se encuentra en suspensión de pagos con un pasivo superior a los 20.000 millones de pesetas, considera esta medida ineludible para salvaguardar el resto de empleo directo e indirecto que depende de la actividad de la compaía.

A partir de ahora se abre un proceso de negociación con los representantes sindicales de los trabajadores y en caso de que transcurriera un mes sin acuerdo entre las partes, la resolución definitiva del expediente de regulación de empleo quedaría en manos de la Dirección General de Trabajo, que dispondría de un plazo de quince días para llevarla a cabo de manera efectiva. .

Según la empresa, el origen de la situación actual de la compañía se encuentra, además de en un histórico exceso de los ostes laborales, en la grave crisis originada en los últimos años, reforzada por un considerable descenso en los pedidos procedentes de Telefónica, compañía originalmente propietaria de Sintel y que siempre ha sido el principal cliente de la entidad.

Sintel calcula que su capacidad financiera se ha reducido en 4.000 millones de pesetas adicionales, que Telefónica ha retenido como consecuencia de los impagos derivados de la venta de la compañía en 1996 a la empresa propiedad del inversor cubano-americao Jorge Mas Canosa.

El actual equipo gestor de Sintel ya presentó el pasado mes de julio un expediente de regulación de empleo temporal que afectaba a 889 trabajadores y que fue rechazado por la Dirección General de Trabajo. En ese mismo mes las pérdidas acumuladas de Sintel ascendían a más de 6.000 millones de pesetas.

Como consecuencia, un grupo de accionistas españoles tomó el control de la sociedad mediante una ampliación de capital, destituyendo al anterior equipo gestor y nombrando a CarlosGila como máximo responsable.

La nueva dirección de Sintel asegura que ha realizado intensas gestiones en los últimos meses para recabar apoyo y ayudas de la Administración y de Telefónica sin haber tenido éxito hasta el momento. Asimismo, el nuevo equipo gestor ha solicitado la realización de una auditoría sobre la gestión de Sintel en los últimos años por si se pudiera derivar algún tipo de responsabilidad.