Las autoridades locales ordenaron la semana pasada la paralizaciónde esas operaciones hasta que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) certificase que los residuos no eran tóxicos o contaminantes.

Los empleados de el centro sanitario indicaron que desde el 25 de agosto se han incinerado en el horno 445 bidones y señalaron que las emanaciones de humos negros y olores desagradables cotinúen todavía, una situación que, en su opinión, "se agravará en la segunda quincena de septiembre, dado que comenzará el curso docente y existe un colegio cercano que se verá directamente afectado".

Los trabajadores encargados del transporte, manipulación y quema de esos residuos lamentaron que el horno del hospital de Riotinto, a pesar de que fue construido para el tratamiento de 15 o 20 bolsas de residuos, se haya convertido en una pequeña planta incineradora que recoge desechos de dos hospitales,además del propio centro en el que se encuentra.

El alcalde de Riotinto, Emilio Martín, anunció la semana pasada que había ordenado la paralización de esta incineración en tanto el SAS no certificase la inocuidad de los residuos. Sin embargo, y al mismo tiempo fuentes de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, apuntaron que los mismos "no eran peligrosos".

Aunque los trabajadores exigen que les garanticen la inocuidad de esos desechos clínicos por escrito, la directora en funciones del hspital, Inés López, indicó a Servimedia que "los trabajadores que los manipulan no tienen nada que temer porque no son peligrosos".