SIETE FAMILIAS GITANAS VINCULADAS A JOVEN ASESINADO EN MADRID HUYEN DEL POBLADO "LA JUNGLA DE SAN BLAS"
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Aunque la policía sólo busca a cuatro personas como presuntos culpables de la muerte de Honorio Bruno, el joven asesinado a tiros en el poblado madrileño "La Jungla de San Blas" por incumplir el "destierro" al que por ley gitana había sido castigado, siete familias gitanas vinculadas familiarmente a la víctima han huido del citado poblado.
Escasas familias de las 82 que viven en "La Jungla de San Bla" permanecían hoy en el poblado, ya que una parte se había desplazado a Extremadura para acudir al entierro de Honorio Bruno, mientras otras, presuntamente vinculadas a los agresores, han desaparecido.
Por ley gitana, las familias que han huido difícilmente podrán regresar al barrio, sobre todo después de que los familiares del muerto afirmaran ayer que el suceso no quedará aquí, sino que habrá más sangre: "Diente por diente, muerto por muerto", señalaron.
"La Jungla de San Blas" es un poblado decasas bajas prefabricadas, en donde sus habitantes -muchos procedentes del poblado de Los Focos- se dedican a la venta de sanitarios, que exponen a la entrada de sus casas.
Según pudo saber Servimedia, las familias que han huido recogieron ayer sus cosas y se marcharon, dejando únicamente los sanitarios que vendían a las puertas de sus casas, y que nadie se atreve hoy a tocar por respeto a la familia de la víctima.
En los cautelosos comentarios que hoy hacían los vecinos de "La Jungla" se hacía rferencia a la pena que suponía la muerte de un gitano tan joven, pues la víctima sólo contaba 29 años, y a la mala imagen de los gitanos que estos hechos generan.
CARACTER VIOLENTO
Sin embargo, Honorio Bruno no gozaba de buena fama en el poblado, tenía 12 antecedentes policiales por diversos delitos y era temido por su carácter violento, que le había llevado a propinar una brutal paliza a un vecino en un supuesto ajuste de cuentas el pasado 7 de agosto, causa por la que huyó del poblado.
En "LaJungla de San Blas" hay tres o cuatro personas que actúan como "gentes de razón", patriarcas encargados de imponer la ley gitana que ostentan este estatus bien por su poder económico o porque pertenecen a una extensa familia. A Honorio, y a raíz de la paliza que dio, le conminaron a permanecer fuera durante un mes.
El "destierro" es una fórmula de castigo muy habitual entre los gitanos; "una medida de prevención", lo califica el antropólogo Tomás Calvo Buezas, que en muchas ocasiones se adopta sin necsidad de que lo imponga la "gente de razón" o patriarcas.
Honorio Bruno no lo respetó y apareció por el poblado ocho días antes de cumplir su pena, por lo que una docena de hombres, que según se comenta eran sus primos hermanos, le acribillaron a balazos cuando se disponía a salir de "La Jungla" acompañado de tres gitanos "de razón".
(SERVIMEDIA)
03 Sep 1993
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