"La gente con la que trabajamos no encaja en programas de inserción laboral de ayuntamientos porque no soportan una jornada laboral de 7 horas. Tan pronto están bien, como están mal porque hacen tratamientos que dificultan su vida. Por ello, nuestra función va cambiando y tenemos que ir aaptándonos y dando respuesta a las demandas reales con un estilo diferente al que seguimos al inicio de la epidemia", añadió.

La Asociación Siolé, que desde enero se ha transformado en fundación, ha sido distinguida con la Cruz de Plata de la Orden Civil de la Solidaridad Social, que concede el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, por su labor en las casas de acogida de enfermos de sida, en su mayoría procedentes de las cárceles.

Además de las casas de acogida, la fundación acaba de crear uncentro de día para enfermos de sida en Gijón y ha implantado un progrma especializado en la asistencia a menores. Para atender a unas 100 personas cuenta con 35 trabajadores, 40 voluntarios y 11 objetores

"En estos 12 años", agregó, "hemos aprendido a convivir con el sida, ha ser más solidarios y ha buscar respuestas adecuadas y más humanas, porque el enfermo de sida necesita comprensión y ternura, que fue lo que intentamos dar siempre en las casas de acogida".