En rueda de prensa, Bautista recalcó que los ciudadanos tienen derecho a que se les brind la oportunidad de participar pasivamente, a través de los servicios públicos, en una de las grandes fiestas de las artes escénicas como es la gala de entrega de los Max.

El presidente de la SGAE expresó su "perplejidad" ante el hecho de que la fructífera relación que dicha organización ha mantenido con Televisión Española se interrumpa tras esta decisión de la cadena pública.

Preguntado sobre si la negativa de TVE puede obedecer a un intento de evitar que se denuncien en la gala cuestiones como l accidente del "Prestige" o la guerra de Iraq, Bautista dijo que no lo cree así, al tiempo que negó también que se trate de una venganza por la actitud de los actores ante el conflicto iraquí.

El responsable de la SGAE argumentó que tanto el incidente de Galicia como la intervención armada en Iraq son asuntos ya pasados y añadió que no ve la necesidad de una venganza por parte del ente público ante la actitud de los actores, pero, en cualquier caso, puso de relieve la "escasa sensibilidad cultural" d Televisión Española al no emitir la ceremonia.

Por su parte, el secretario general de la Fundación Autor, Francisco Galindo, explicó que la gala podrá seguirse, gracias a la negociación de la SGAE con la FORTA, ya sea en directo o en diferido, en Castilla-La Mancha, Canarias, Galicia, Andalucía y Cataluña, a la espera de que Telemadrid confirme si finalmente retransmitirá o no la ceremonia.

En cuanto a la gala en sí, según indicó su director, Ramón Oller, tendrá un carácter marcadamente femeninoen su presentación y hará mucho hincapié en la danza, contando con las actuaciones musicales de la cantante Marina Rosell y el gaitero Carlos Núñez.

Finalmente, el diseñador de vestuario del evento, Roger Salas, señaló que el color negro imperará en la ropa de toda la gala, como gesto de protesta ante la situación política actual y bajo el lema "Con la que está cayendo".