Los dos cadáveres, que fueron encontrados en vehículo todo terreno en una finca de la localidad sevillana de Huévar, ya se les ha practicado la autopsia y presentaban varios disparon de escopeta de caza. Según los primeros datos de la investigación, Enrique Lafiti de 50 años de edad dió muerte a su hijo para que no se quedara solo cuando él falleciera.

El padre dejó una grabación en la que afirmaba que no deseaba que su hijo parapléjico se viera abandonado o fuera una carga para nadie.

Los dos adáveres fueron encontrados por la mujer y madre de los fallecidos que ante su ausencia decidió ir a buscarlos a esta finca de Huévar, donde tenían fijada su segunda residencia.

El parricida mató a su hijo colocándolo en una silla de esta finca para después llevarlo hasta el interior del todo terreno, dónde se suicidó instantes después de dejar su testimonio en una grabadora.

El juzgado de instrucción de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor, encargado de instruir las diligencias, continúa a investigación para esclarecer los hechos.