Setién ofreció una homilía en la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián donde, conjuntamene con las basílicas guipuzcoanas de Aránzazu y Loyola, se realizaron los encuentros diocesanos de oración por la paz.

El acto religioso, bajo el nombre de "la paz, tarea permanente", contó con la presencia de miles de fieles y estuvo oficiado por 36 sacerdotes entre los que se encontraba José Ramón Treviño, que actualmente goza del tercer grado penitenciario y que fue condenado por colaboración con ETA.

En la homilia, el obispo Setién, haciendo gala de la ambigüedad que le caracteriza en sus procamaciones sobre la violencia, hizo referencia a los asesinatos, secuestros, extorsiones, torturas, "y con esto familias destrozadas, vidas poseídas por el temor de las amenazas, prisiones y destierros" y aseguró que todo ello "produce amargas consecuencias en nuestro pueblo".

El máximo responsable de la Iglesia en Guipúzcoa manifestó que el amor nos obliga a revisar nuestras actitudes y a "aguantar la persecución padecida en la lucha por la justicia" y que esta justicia debe ser defendida siempre, "nosólo cuando nos conviene". La libertad, dijo, "es patrimonio de todos, no sólo de los que trabajan a nuestro favor".

Para el obispo, "las formas de convivencia político-social, adecuadas a cada momento histórico, deben buscarse por la vía del diálogo y de los acuerdos originados por una radical buena voluntad".

Añadió que el recurso de la violencia "es un fracaso humano y social que no basta con fomentar sino que inmediatamente hay que corregir". En este sentido, dijo que éste no es el momento dedenunciar "quién tiene más o menos culpa" sino que, para alcanzar la plena pacificación, todas las personas deberían aportar algo.