SETIEN. "HAY QUE VER CUAL ES EL PRECIO A PAGAR POR LA PAZ", DIJO EN SUS ULTIMAS MANIFESTACIONES
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"Yo no he oído decir sensatamente a nadie que la paz tiene que ser a cualquier precio, porque si no tuviera precio la paz no sería tan difícil conseguirla. Lo que hay que hacer es vercuál es el precio que hay que pagar por la paz desde el punto de vista de un proceso que comprometa a unos y a otros para, a través del mismo, llegar a la paz".
Así se expresaba el todavía obispo de San Sebastian, José María Setíen, el pasado 4 de enero en ETB, la última entrevista antes de que hoy se conociera su marcha.
Esas palabras levantaron fuertes críticas de sectores ajenos al nacionalismo vasco, como ha ocurrido siempre que Setien se ha referido a cuestiones relacionadas con ETA.
El29 de noviembre de 1998, el diario `El Mundo' publicaba una entrevista con el prelado en la que defendía que no es imprescindible que los terroristas muestren arrepentimiento por sus crímenes para que el Estado sea generoso con sus delitos. Aseguraba que basta con "la reconciliación y el perdón".
"Las dimensiones de la reconociliación, del perdón, del arrepentimiento hay que utilizarlas bien, porque no son unívocas", manifiesta Setien, quien preguntado si considera necesario que los mientros de ETA searrepientan, decía que "me quedo en lo que digo, la reconciliación y el perdón".
El máximo representante de la Iglesia en Guipúzcoa se refiere asimismo a los "derechos de los presos" de ETA y afirma que estos "no pueden ser moneda de cambio de una negociación" y que lo contrario es algo que él no puede aceptar.
Preguntado sobre si debe tratarse del derecho de autodeterminación en el proceso de negociación que el Gobierno ha iniciado con ETA, Setién asegura que él no se ha referido expresamente a ste cocepto, pero que los encargados del diálogo deberán buscar una "fórmula de conveniencia".
En este sentido, Setién relativiza el valor de que la mayoría de las formaciones políticas puedan oponerse a una reforma de la Constitución o del Estatuto, y dice que en "las cuestiones de un profundo calado político habrá que superar estos planteamientos puramente numéricos" de lo que denomina "democracia formal".
Setién añade, por último, que se siente obispo de una diócesis "bipolar", dividida entre acionalistas y no nacionalistas, y que la independencia es una aspiración legítima que "los pueblos tienen derecho a buscar y aspirar. Y aspirar a la independencia no creo que sea ilegítimo".
PRESOS Y VICTIMAS
Dos días más tarde, el 30 de noviembre del 98, en una entrevista con la SER, el obispo donostiarra defendía que los derechos de los presos de ETA no pueden equipararse a los de las víctimas, por entender que los de estas últimas, al haber fallecido, no pueden ser restaurados por la justicia. "Independientemente de si hay arrepentimiento o no, lo que hay que hacer es buscar una reconciliación en la verdad, y buscar la reconciliación en la verdad exige reconocer los hechos con toda la gravedad con que los mismos han existido, con todas las injusticias que han llevado consigo", remarcó.
Por tanto, prosiguió, debe existir "una voluntad no de quedarse solamente en el pasado, cuya verdad se reconoce y se tiene en cuenta, sino también con una perspectiva de futuro, para ir creando puntos, sitaciones diferentes a las pasadas, situaciones más pacíficas, más justas, donde la convivencia sea más fácil".
Tras insistir en que se trata de un "perdón ofrecido", con independencia de la actitud que mantenga aquél a quien se ofrece, el obispo donostiarra se refirió a los derechos de los presos y las víctimas de ETA para indicar que los de estas últimas, si han fallecido, no pueden ser restaurados por la justicia.
NO AL ARREPENTIMIENTO
Por último, el 30 de diciembre, en `Los Desayunos de RTVE ecía que no quería eludir el término arrepentimiento, sino que "lo que quiero decir es que en un proceso de pacificación me parece más importante que nos fijemos en las dimensiones de las reconciliaciones y del perdón".
A juicio de Setién, "una persona que no es capaz de ofrecer perdón es una persona que está rota en una relación humana". El prelado insistió en la enorme importacia de que se llegue a una salida consensuada, que sea asumida por todos los que quieren de verdad la paz, que comprometa susmodos de actuación y que, de esa manera, convierta eso que es la tregua indefinida en una tregua definitiva".
(SERVIMEDIA)
13 Ene 2000
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