Setién compartió la indignación de los donostiarras "cansados de aguantar acciones de esta naturaleza, repetidas bajo los imperativos de una lógica, fría y absurda, carente de todo sentido".

A juicio de Setién, "nadie ni nada puede ustificar actos semejantes", y refiriéndose a los terroristas, señaló que "a nadie deben engañar las mentirosas razones que pretenden alegar quienes están detrás de éste y otros asesinatos semejantes".

Para el obispo donostiarra, "ya es hora de que respeten la libertad de los que pensamos de otra manera. Y tenemos derecho a vivir y actuar política y socialmente sin plegarnos a la coacción de estos procedimientos de sangre y muerte". Finalmente solicitó que "nos dejen vivir".

Al funeral asistieronunas doscientas personas y acudieron el viceconsejero de Seguridad del Gobierno vasco, José Manuel Martiarena; el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, y varios concejales del ayuntamiento de la capital guipuzcoana.

Media hora después del comienzo del funeral, el grupo pacifista Gesto por la Paz, que convocó más de 150 concentraciones por toda la geografía vasca, congregó a varios cientos de personas en la Plaza de Guipúzcoa, de San Sebastián, como señal de protesta por la muerte de Olarte.

Los ortavoces del ayuntamiento donostiarra hicieron ayer un llamamiento a la población para que acudiese a esta concentración silenciosa.

Por su parte, la sociedad gastronómica donde ayer fue asesinado José Manuel Olarte se encontraba, en el momento del funeral, llena de gente que jugaba a las cartas.