Este sacerdote explicó que el centro de la tercera edad siniestrado pertenece a su parroquia e indicó que se trata de un barracón prefabricado y aislado de otros edificios, con estructuras metálicas, techo de uralita, que prácticamente se vino abajo con la explosión.

Señaló que el centro, que tiene calefacción eléctrica y sólo abre por las tardes, uenta con unos 120 socios, aunque habitualmente acuden a él unas sesenta personas, además de las voluntarias que les atienden.

El sacerdote confirmó que la explosión dejó atrapadas a varias personas bajo los escombros, ya que él personalmente ayudó a rescatar a tres ancianos, en los momentos previos a la llegada de la Policía.