En una rueda de prensa en el Ministerio de Justicia, Gallizo explicó que no había indicios que pudieran revelar las intenciones del preso, que se suicidó ayer en su celda de la cárcel de A Lama (La Coruña), donde esperaba para ser trasladado a otra penitenciaría por razones "regimentales".

La responsable de Instituciones Penitenciarias lamentó lo ocurrido, pero alabó la labor que se está haciendo por parte de los funcionarios para prevenir este tipo de conductas entre los presos.

Las conductas suicidas en las cárceles son habituales, principalmente entre los internos que han cometido delitos que tienen que ver con la violencia en el ámbito familiar, explicó Gallizo.

La responsable de las cárceles del Estado destacó el trabajo que se está desarrollando durante su mandato para evitar en la medida de lo posible los suicidios. Cuando Gallizo tomó las riendas de Instituciones Penitenciarias se producían unos 40 suicidios cada año entre la población reclusa, que era un 25 por ciento menor que en la actualidad.

El suicidio de Couto hace el número 16 de 2008 y la población reclusa actual es de más de 63.000 presos (en las cárceles que dependen del Estado), según los datos de la secretaria general.

En Francia, puso como ejemplo Gallizo, el número de presos es similar al de España y durante este año se han contabilizado más de 100 suicidios de reclusos.

Gallizo recordó que hay un protocolo de actuación para tratar a los condenados que presentan actitudes suicidas, pero admitió que no siempre se detectan, porque, "de momento, no sabemos entrar en la cabeza de las personas".