El joven, de 26 años, fue remitido a Barcelona el 3 de junio de 2002 para que le practicaran e una intervención endoscópica nasal, con el fin de taponar una fístula de líquido cefaleo-raquídeo.

Al despertar de la anestesia, el paciente presentaba una ceguera total en el ojo izquierdo y parcial en el derecho. Un día después de la intervención, recuperó la visión del ojo derecho, pero los servicios de oftalmología del Hospital declararon la ceguera como irreversible en el ojo izquierdo.

En el consentimiento informado que firmó el paciente, la ceguera no estaba prevista ni como riesgo típico, ni probable, ni personalizado, pero el perito médico del caso señala que en la técnica utilizada con el paciente el riesgo de ceguera incluso bilateral era factible.

Los servicios jurídicos de la Asociación El Defensor del Paciente presentaron una demanda ante los Juzgados de lo Contencioso número 7 de Barcelona en reclamación de responsabilidad patrimonial contra el Servicio Catalán de la Salud.

Finalmente, la demanda no siguió su curso al llegar a un acuerdo ambas partes de no continuar el procedimiento contencioso e indemnizar al paciente.