Serra señaló en una rueda de prensa conjunta con los presidentes de las tres entidades financieras y de Telefónica (Francisco Luzón, Emilio Ybarra, Josep Vilarasau y Cándido Velázquez, respectivamente) que el principio e acuerdo que ya existe supondría el control de un 2,5 por cien por cada una la firmas crediticias.

No obstante, precisó que "en estos momentos no prevemos una reducción del porcentaje de capital público en Telefónica", lo que abre la posibilidad de que el acuerdo se materialice en una oferta de compra de acciones de las tres entidades en los mercados.

Para conseguirlo, Argentaria, BBV y La Caixa no tendrían que desembolsar los 42.500 millones que vale actualmente en bolsa cada "paquete" del 2,5 or cien, a razón de unos 17.000 millones por cada 1% de capital de la compañía, teniendo en cuenta que su capitalización es de 1,7 billones de pesetas.

El motivo es que estas tres entidades cuentan ya con acciones de Telefónica. Según han reconocido sus máximos responsables, esas participaciones actuales están en torno al 2 por cien, en el caso de La Caixa; algo más del 1 por cien, el BBV; y por debajo del 1 por cien, Argentaria.

Respecto al interés despertado por la posibilidad de que estas entiades se impliquen en la gestión del grupo, el vicepresidente se limitó a señalar que ése es uno de los aspectos que tendrán que perfilarse en las negociaciones que seguirán en las próximas semanas entre la compañía, los ministerios afectados y los bancos y caja interesados en la toma de participaciones.

Sin embargo, apuntó que el interés del Gobierno con el principio de acuerdo alcanzado es reforzar a Telefónica en aquellos negocios de futuro que tiene planteados dentro y fuera de España, tales como e cable, la transmisión de datos o servicios móviles, y no sólo la telefonía básica, en la que la compañía será cada vez menos un monopolio dedicado a prestar un servicio universal.