Cada persona con autismo tiene una personalidad única y la expresión de esta discapacidad es diferente en cada caso. A pesar de ello, se suele atribuir a las personas con autismo falta de relaciones sociales y de lazos afectivos con los demás, aislamiento del entorno social o falta de expresividad emocional.

Aunque muchos investigadores han intentado saber cómo funciona el cerebro de una persona autista, hoy por hoy se sabe muy poco de esta enfermedad. Las causas no están muy claras, aunque hay indicios de que son fundamentalmente congénitas. En lo que sí se ha avanzado es en los tratamientos, que han llegado a conseguir grandes mejoras en los afectados.

Se calcula que hay 4 niños afectados por cada 10.000 nacimientos, aunque estudios recientes apuntan una incidencia de entre 1 y 2 casos por cada 7.000 nacidos. Este trastorno se da más entre hombres que entre mujeres. El diagnóstico precoz es un instrumento fundamental y se puede hacer incluso a los 18 meses del nacimiento.