A su juicio, si en un plazo de 15 a 20 días no se producen precipitaciones, las pérdidas podrían ser catastróficas y alcanzar las cifras de la sequía de 1995, en la que se perdieron 435.000 millones de pesetas sólo en las comunidades de Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura.

Javier Alejandre, miembro del gabinete técnico de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), estimó las pérdidas ya acumuladas en 140.000 millonesde pesetas y aseguró a Servimedia que no pretenden ser "alarmistas ni victimistas".

Sólo en el cereal de secano las pérdidas se sitúan entre 70.000 y 75.000 millones de pesetas, principalmente en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, y la meseta norte se acerca a un "momento crítico".

Además, según la UPA, la sequía ha obligado a empezar los riesgos en el olivar con tres meses de adelanto, lo que supone un gasto de 15.000 pesetas por hectárea, en un total de casi 200.000 hectáreas.

Enla remolacha, las pérdidas se elevan a 4.500 millones de pesetas, y en la ganadería la falta de pastos en muchas zonas en los últimos cinco meses supone un gasto adicional en forraje de 750 pesetas por oveja y 3.500 pesetas por vaca.

Por su parte, ASAJA evalúa las pérdidas en 133.700 millones de pesetas, a falta de computar los datos de Valencia y Murcia, principalmente en los sectores de cereales, ganadería y remolacha.

Un documento de Asaja al que tenido acceso Servimedia detalla las pérdidas pr comunidades autónomas: Andalucía, 65.000 millones de pesetas; Castilla-La Mancha, 25.000; Madrid, 1.500 millones; Castilla y León, 2.200; Canarias, 3.000, y Aragón, 12.000 millones.

Por su parte, fuentes de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) calificaron de "preocupante" la situación y están realizando una valoración que se hará pública en los próximos días. "Todavía no es alerta roja, pero de aquí a quince días la situación podría ser catastrófica", dijeron.

Laúltima sequía grave que afectó al campo español se produjo en 1995. En ese ejercicio, además de las pérdidas en la producción, se dejaron de realizar 15 millones de jornales, por valor de casi 100.000 millones de pesetas, y más de medio millón de familias resultaron afectadas.