El año pasado, un total de 108 pilotos de vuelos comerciales se graduó en la Escuela de Matacán (Salamanca), frente a los 26 que lo hicieron en 1990, lo que supone un incremento de la actividad formaiva de un 315 por ciento.

Este espectacular crecimiento tiene su origen en una "bolsa" de pilotos formados en Estados Unidos que debieron superar los exámenes de Senasa para homologarse a los requisitos que exige la Dirección General de Aviación Civil.

Senasa asumió en marzo de este año las funciones que desempeñaba la antigua Escuela Nacional de Aeronaútica (ENA) y reestructuró su plantilla para adecuarla a las exigencias de la demanda y racionalizar el gasto.

Según Azpiazu, ENA gastaba 1.10 millones de pesetas para enseñar a 25 pilotos por curso, mientras que con Senasa sólo serán necesarios unos 200 millones para cubrir los gastos de aprendizaje del mismo número de alumnos.

Los ingresos en el capítulo de matrículaciones de alumnos, a los que enseñan 16 instructores de vuelo, ascendieron a 288 millones de pesetas y las subvenciones estatales proporcionaron más de 600 millones.

CON COU BASTA

"Nuestro objetivo prioritario", explicó Azpiazu, "es la formación de pilotos de Iberia, qe hasta 1986 eran enviados a Estados Unidos porque ni existía la ENA ni las escuelas privadas para pilotos habían nacido".

Para ello, Senasa desarrollará un curso, el "Ab-initio", donde se parte de cero y los alumnos pueden incorporarse desde que terminan COU.

Este curso ha rebajado su precio a siete millones de pesetas, en lugar de los diez que costaba el año pasado. También hay programado un curso de perfeccionamiento, de seis meses, que cuesta cinco millones de pesetas.

Con los ingresos pr cursos y con la compra de seis aviones "Tobago", de menor coste y con unos gastos de mantenimiento mucho más bajos que los de las aeronaves de que dispone en la actualidad, Senasa pretende, según su presidente, "consolidarse en el mercado nacional captando los grandes clientes, como Iberia y Construcciones Aeronaúticas (CASA)".