"Qué piensa hacer el Gobierno ante sus propias responsabilidades en este tema cultural de interés internacional", preguntó el senador, "ya que aún o se ha manifestado al respecto, a pesar de las alarmantes noticias aparecidas en los medios de comunicación".

Según Sanz, desde que se conoció el grave estado de deterioro ambiental que sufre el acueducto, el Ejecutivo no ha manifestado ni su preocupación, ni su ofrecimiento técnico o económico para un monumento al que afectan competencias que corresponden a la Administración central".

En su intervención destacó, en cambio, las gestiones realizadas por el Ayuntamiento de Segovia y por la Junta d Castilla y León ante el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y la Unesco, instituciones que, según dijo, han tomado la firme decisión de salvar el acueducto.

Las autoridades municipales y autonómicas han actuado de forma ejemplar, al asumir su responsabilidad y elaborar un plan de diecisiete actuaciones, mientras el Ministerio de Cultura guardaba silencio.

Sanz puso en duda la justificación de la existencia del ministerio, "porque cuando debiera haber colaborado no lo ha hecho y cuando debiea haber contribuido a resolver un problema como el que se plantea, tampoco lo ha hecho ni por iniciativa institucional ni siquiera por inquietud cultural".