El senador socialista Narciso Serrano, ponente de su grupo e impulsor de este proyecto de ley, destacó "la necesidad de un verdadero crecimiento estructural, económico y social de los países a los que va dirigido" el banco.

Su principal finalidad, según explicó Serrano, se centró, tras la caída del muro de Berlín, en apoyar proyectos empresariales en Rusia y en los países del Este de Europa con el fin de potenciar sus economías y desarrollo. España, con un 3,4% de participación, es el octavo accionista del BERD, si bien la presencia española en el "staff" directivo, después de ceder su puesto a Méjico, es prácticamente nula, como mínima es la participación de las empresas españolas en los proyectos del organismo.

Así, del medio millar de proyectos aprobados hasta ahora, a España le hubiera correspondido actuar en 17 de ellos, habiéndolo hecho sólo en seis operaciones, por un valor de 82 millones de euros. A juicio del senador socialisa, eso "da idea de la escasa participación y la nula capacidad que desde el Gobierno español se ha dado a la internacionalización de nuestras empresas".