"Lo que empezó siendo una agradable sensación de tolerancia y reconocimiento de la diversidad lingüística", dice en la carta, "se acabó tornando, por omisión en una manifestación del olvido, desdeén e ignorancia de otra lengua hispánica, el asturiano o bable, escrita y enseñada en el Principado de Asturias".

García Arias indic que "de lo que se trataba no era sino de ver en su actuación un gesto de benignidad y de reconocimiento de la realidad al margen de la estricta letra legal", ya que el asturiano no está reconocido como lengua oficial.

El presidente de esta institución asegura que a muchos asturianos "ese pequeño detella les habría parecido muy bien", con lo que hubieran visto "que los nuevos gestos de Gobierno eran universales, sin excepciones, y augurio de que no deberían recelar de otro tipo de acuerdos autonómicosen los que Asturias desgraciadamente no está presente y de los que puede temer lo peor".

García Arias recuerda en su misiva a Juan Ignacio Barrero que la lengua asturiana está reconocida en el Estatuto de Autonomía del Principado y afirma que, aunque no es oficial, es una lengua que existe, "y un mínimo de delicadeza habría aconsejado incluirla en el elenco de lenguas en las que se expresó".