LOS SEMINARIOS MAYORES REGISTRAN CADA CURSO UNOS 400 INGRESOS, FRENTE A 160 ABANDONOS
- Mañana se celebra el Día del Seminario
- Yanes afirma que "hace falta una propuesta concreta" para animar a los jóvenes a la vida sacerdotal
- Echarren diseña el perfile del sacerdote que necesita la sociedad actual
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Los seminarios mayores españoles regisran una media de 400 ingresos por curso, mientras los abandonos rondan los 160. En la actualidad hay 2.065 seminaristas en España, según datos facilitados por la Conferencia Episcopal Española con motivo del Día del Seminario, que se celebra mañana.
En declaraciones a Servimedia, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Elías Yanes, manifestó que "se está modificando el origen de las vocaciones" y que la Iglesia considera que "hace falta una propuesta concreta y hablar de este tema directamnte a los jóvenes", para animarles a la vida sacerdotal. Añadió que en la actualidad "las vocaciones femeninas son proporcionalmente menores que las masculinas".
Por su parte, el obispo de Canarias, Ramón Echarren, señala, en su carta a los fieles con motivo del Día del Seminario, el perfil del sacerdote que necesita la diócesis de hoy día, capaz de responder a los profundos cambios de la sociedad actual, en la que "a la euforia triunfalista de los años setenta u ochenta" le ha sucedido "el desánimo yla frustración".
Según los datos del Episcopado, en los años 70 el número de seminaristas mayores fue descendiendo hasta alcanzar los 1.505 en 1979. En la década de los ochenta la cifra ascendió en algo más de 600, pero desde 1987 se ha estabilizado.
En este sentido, Yanes manifestó que "hubo unos años de verdadero desastre, a finales de la década de los 60 y durante los 70, pero después hubo una notable recuperación y ahora están estabilizadas (las vocaciones)".
UNA PROPUESTA CONCRETA
El relado explicó que "en etapas anteriores las vocaciones venían de forma espontánea. Creemos que es necesario hacer una propuesta concreta sobre este tema y se está haciendo, aunque todavía no con éxitos espectaculares, pero que contribuye a que haya una estabilidad".
Así, en 1993 fueron ordenados 289 nuevos sacerdotes diocesanos, casi el doble de la media registrada en los años 80. Yanes descartó que la pérdida de horizontes profesionales incline la balanza a favor de la Iglesia.
El presidente dela Conferencia Episcopal añadió que "se está modificando el origen de las vocaciones: en la época de la abundancia de las vocaciones, la mayor parte de éstas provenían del medio rural. Actualmente vienen de un medio urbano, cosa que antes no acontecía. Hoy los que se incorporan a los estudios eclesiásticos lo hacen desde la universidad o desde el Bachillerato en un número igual o superior a los que acceden por la vía del seminario menor".
Los datos indican que la cifra de alumnos de los seminarios menres está bajando, ya que si en 1981 eran casi 6.000 hoy son 3.655, que cursan estudios de EGB, FP, BUP o COU. El seminario que más alumnos registra es el de Getafe (Madrid), con 283. Por otro lado, las diócesis que más seminaristas diocesanos registran son Madrid, con 187; Teruel, con 192, y Valencia, con 104.
Yanes agregó que el descenso tan espectacular de las vocaciones femeninas tiene una explicación "psicológica", debido a que "el papel de la mujer en la sociedad es uno de los temas que está un pco en crisis, en discusión, y eso condiciona".
Según las previsiones de la Iglesia, es difícil que en algunas diócesis, de población rural envejecida, pueda aumentar el número de seminaristas, porque se da una notable escasez de jóvenes. Sin embargo, en las que disfrutan de una población juvenil "hay esperanzas de que, con un trabajo de pastoral vocacional de propuesta, todavía se consiga mayor número de nuevas vocaciones sacerdotales".
PERFIL DEL NUEVO CURA
Por su parte, monseñor Echarren consdera que la actual situación de los seminarios "nos debe obligar a los cristianos, a la Iglesia diocesana, a plantearnos cómo podemos ayudar a perfilar el sacerdote que nuestra Iglesia y nuestra sociedad van a necesitar de forma creciente".
Se trata de sacerdotes que, en su opinión, deben aprender, en primer lugar, a ser pobres para vivir con los pobres y "vivir la libertad de ser hijo de Dios para poder denunciar la pobreza, la injusticia, las desigualdades, la corrupción".
En segundo lugar, "deerá ser humilde, que se deja ayudar por los religiosos y los seglares, el hombre de Dios que acoge, que escucha, que ofrece comprensión y compasión". Y por último, "deberá saber muy bien que no es propietario de nada, ni de nadie, ni de su parroquia ni de su ministerio".
(SERVIMEDIA)
19 Mar 1994
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