Según informó a Servimedia la Dirección General de Tráfico, los atascos más graves se produjeron en las salidas de Madrid hacia el Levante, Andalucía y Extremadura, cuyas carreteras sufrieron auténticos colapsos circulatorios.

Concretamente, la salida de Madrid por la carretera de Andalucía (N-IV) sufrió retenciones de hasta 30 kilómetros a partir de Aranjuez. La carretera de Extremaura (N-V) también tuvo atascos desde Cuatro Vientos, dentro de Madrid, hasta Móstoles (más de 20 kilómetros), prolongándose en ocasiones las paradas hasta Navalcarnero.

La N-III, autovía de Levante, presentó retenciones intermitentes a la altura de la conexión con la M-40 y también en Fuentidueña de Tajo (en los kilómetros del 55 al 63).

Hasta las cinco de la tarde, la circulación había sido fluida en todas estas carreteras, pero a partir de ese momento, una salida masiva de coches colapsó las auopistas, según la DGT, que a lo largo de la tarde hizo llamamientos a los conductores para que retrasaran su salida hasta la noche del miércoles o la mañana del jueves.

De hecho, las fuentes consultadas consideraron que la normalidad en las carreteras de salida de Madrid no se alcanzaría hasta alrededor de las 11 de la noche. En trayectos que habitualmente se recorren en media hora, como Madrid-Tarancón o Madrid-Ocaña, esta tarde se podía tardar hasta dos horas.

Otros problemas significativos de irculación se produjeron a lo largo de la tarde en las carreteras de las costas del Levante o cantábricas.

En Elche, se registraron retenciones de 2 ó 3 kilómetros en la N-332, y en la N-330 hubo atascos de hasta 5 kilómetros en Monforte del Cid (Alicante). También hubo problemas en Villarreal de los Infantes (Castellón), en la N-340. En esa misma carretera N-340 había retenciones de un kilómetro a la entrada de Málaga.

Hacia el norte, el peaje de la autopista A-6 provocó colas de 1 kilómetro en abajos en Segovia. La N-634 se vio saturada entre Cantabria y Asturias en las localidades de Reocín y Luarca.