Los hechos que han dado lugar a la sentencia se produjeron en la noche del 6 de septiembre de 1999 en la localidad madrileña de Collado Mediano, cuando el agresor, la víctima y unos amigos salieron a tomar unas copas por Majadahonda, Las Matas y Las Rozas.

Tras finalizar y regresar a Collado Mediano, donde residían, estacionaron el vehículo. Cuando la víctima cerró el coche, el agresor golpeó a la víctima con el cinturón con herrajes metálicos que llevaba.

La víctima cayó al suelo, donde recibió patadas y pisotones, y quedó abandonada. El lesionado pudo incorporarse y llegar a su casa, donde uno de sus compañeros de piso, al ver su estado, llamó a una ambulancia, que lo llevó al Hospital de El Escorial. Allí quedó ingresado como consecuencia de las policontusiones, traumatismo craneoencefálico, fractura craneal abierta, entre otras.

La Audiencia Provincial de Madrid condenó al agresor a dos años de prisión por un delito consumado de lesiones agravadas y a pagar a la víctima 98.459,82 euros.

Sin embargo, el Supremo considera que dos años de prisión no son suficientes, teniendo en cuenta el alcance de la lesión que, "ni más ni menos, le priva de la facultad de hablar, lo que indudablemente constituye un resultado que produce la privación de un órgano principal, como es el aparato foniátrico".