El fiscal había solicitado 26 años de cárcel, trece para cada uno de los acuados por un delito de parricidio pero la Audiencia ha decidido reducir las penas aunque ha ordenado la retirada de la patria potestad de la niña a los padres.

Los hechos se remontan al día 8 de Junio de 1993 cuando Miguel y Purificación ingresaron a su hija Tamara, de 9 meses de edad, en el hospital Son Dureta en estado de coma, situación que mantuvo durante tres días. La pequeña presentaba múltiples magulladuras y golpes en todo el cuerpo, según el informe de los médicos.

El caso conmocionó a laopinión pública mientras que los padres declararon en un primer momento que las heridas sufridas por su hija se debían a un accidente tras caerse ésta de la cama donde se encontraba. Los médicos no creyeron esta versión y denunciaron el caso en la policía.

A consecuencia de las lesiones sufridas, Tamara padece una hemiplejia izquierda que le produce una parálisis del lado izquierdo del cuerpo. Desde que se presentó la denuncia, la pequeña se encuentra custodiada en un centro de acogida de menores depediente de la comunidad autonoma.

En la sentencia conocida hoy queda probado que Miguel Herrera, en estado de embriaguez intentó tapar la boca de su hija cuando ésta no dejaba de llorar el día 4 de Junio de 1993.

Al no conseguirlo la cogió del cuello y apretó de tal forma que la ocasionó un infarto cerebral lo cual la hizo llorar aún más. Miguel la lanzó al suelo finalmente quedando la niña en estado inconsciente.