Granado explicó que en esta legislatura la inversión en deuda extranjera "irá a la baja" ante los problemas de financiación internacional, ya que se han convertido en una inversión "cara" con una menor rentabilidad.

En principio, del total del Fondo de Reserva de la Seguridad Social que se invertirá en deuda pública, dos tercios se destinarán a fondos españoles y el resto a otros países, como Alemania o Francia.

Asimismo, señaló que la Seguridad Social ha reservado 2.000 millones de euros de su superávit presupuestario para hacer frente, si fuera necesario, al incremento de las pensiones si se dispara la desviación de la inflación durante 2008.

No obstante, Granado reiteró que el objetivo es que el incremento de los precios, que a final de año se traslada a la cuantía de las pensiones, se sufrague con los créditos presupuestarios. En este sentido, subrayó que el año pasado, "a pesar de la fuerte desviación" del IPC, no fue necesario hacer uso de esos remanentes del superávit.

Según los cálculos de la Seguridad Social, cada décima de desviación entre el IPC previsto a principios de año respecto al real al acabar el ejercicio cuesta al Sistema unos 144 millones de euros.

Por su parte, el portavoz del PP en esta comisión, Tomás Burgos, se mostró crítico con el hecho de que la Seguridad Social invierta en deuda de otros países, ya que considera que "estamos financiando desde nuestro país el crecimiento económico en Holanda, en Alemania y en Francia".

"El país con más necesidad de financiación del mundo junto a Estados Unidos, está financiando con el dinero de sus pensiones el crecimiento económico en Alemania, en Francia y en Holanda", reiteró.

Granado respondió a Burgos que, de la misma manera, se podría decir que con los intereses generados con la inversión en su deuda pública, estos países "están financiando las pensiones de los españoles".

En este sentido, aseguró que pedir que no se invierta en deuda internacional "es un disparate" que no se recoge en la legislación del Fondo de Reserva de ningún país.