En la misiva, los empleados de Aldaya reiteran que el secuestro del industrial guipuzcoanao ha constituido un "inmenso error" que "va a afectar a la capacidad de supervivencia de nuestra empresa".

Consideran que "cualquier eventual aumento de su pasivo, y un mayor endeudamiento bancario, pondría en serio peligr la viabilidad futura de la empresa y nuestros 19 puestos de trabajo".

Los trabajadores de Alditrans, que afirman que su línea de pensamiento y actuación es la del "trabajo como valor", aseguran no entender que "nuestro trabajo futuro tenga que servir para atender el eventual endeudamiento financiero aludido, con el que José Mari compraría su libertad. Nunca nadie nos hará entender una salvajada de semejante calibre".

Piensan que la "acción" de ETA, además de "una terrible brutalidad humana" parael propio secuestrado y su familia, "atenta directamente contra nosotros, los trabajadores de Alditrans, contra José Marí y su familia, a quienes nos sentimos profundamente unidos".

Asimismo, estiman que después de 108 días de secuestro, que "pesan mucho en el ánimo de todos", continúan sin tener "ningún indicio o atisbo de esperanza al que aferrarnos para pensar en la pronta liberación" de Aldaya. Reiteran que continuarán luchando y solicitando la libertad de su jefe y compañero que depende, a su juiio, exclusivamente de ETA.