Uno de los más madrugadores fue el consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa, que se acercó hasta la casa hacia las 8,45 de la mañana y permaneció por espacio de hora y media dentro de la misma

Atutxa, que no quiso hacer declaraciones a su salida del recnto, informó a los familiares de las investigaciones que se están llevando a cabo por parte de la policía.

Muchos familiares que se acercaron hasta el domicilio de los Aldaya para interesarse por nuevas noticias y una sobrina del secuestrado indicó que la familia no ha recibido aún ninguna noticia sobre el paradero de su tío.

Un hijo del sucestrado que trabaja como doctor en Londres volvió desde la capital británica a España, y se negó a hacer ningún llamamiento a los raptores de su padre, por crer que sería un gesto inútil.

Ricardo Zamacola, secretario de la Asociación de Empresarios Guipuzcoanos del Transporte (Guitrans), de la que José María Aldaya era socio fundador, visitó a la familia del industrial secuestrado durante largo tiempo, así como amigos y familiares.

Por su parte, varios ayuntamientos guipuzcoanos, entre ellos el de la capital, San Sebastián, exigieron la inmediata liberación del empresario y colocaron en los balcones de la casa consistorial lazos azules que simbolizan a petición de libertad para Aldaya.

El Ayuntamiento donostiarra hizo un llamamiento a los ciudadanos de San Sebastián para que participen en los actos que se organicen en protesta por el secuestro y que aporten su colaboración con datos que pudieran ayudar a la liberación del secuestrado.

Asimismo, promoverá, junto a movimientos ciudadanos y entidades culturales y estudiantiles, un gran acto-concierto por la paz y la liberación de José María Aldaya el próximo 14 de junio en el estadio de Anoeta d San Sebastián.