Los participantes en la concentración permanecieron en silencio durante cinco minutos detrás de su pancarta habitual con el lema de "Todos somos Josémari" y un lazo azul. Además, en la fachada de la empresa colgaba la pancarta con el lema "Josémari, estamos contigo".

Ibarrola, autor del dibujo del lazo azul sobre un fondo amarillo que simboliza la petición de libertad de Aldaya, pidió el fin de aquellos nacionalismos que "producen este tipo de fenómenos", y abogó porla contrucción de un mundo donde "el ciudadano sea ciudadano y pueda sentir que, por encima de su condición de ciudadano, ninguna otra apelación superior permita el secuestro o los crímenes".

Afirmó que acudía a la concentración de Alditrans con la esperanza que se abran caminos que lleven a una sociedad democrática, "donde sea posible la convivencia entre las gentes, tengan las ideas que tengan".

A los trabajadores de Alditrans y los dos hijos menores de Aldaya, Oscar e Idoia, se unió también elpresidente de la Academia Vasca de la Lengua y vicerrector de la Universidad del Pais Vasco, Peio Salaburu, quien afirmó que esta institución educativa no se ha organizado como tal para exigir la libertad de Aldaya, pese a que se palpa en el ambiente el rechazo a la violencia.

Salaburu señaló que "es una vergüenza para el País Vasco que existan bandas como ETA" y, por ello, "debemos poner todo lo que esté en nuestra mano para que la sociedad funcione de manera normal y no traumatizada, como está sucedendo ahora".

Además, criticó la menor movilización social que se está registrando con el secuestro de Aldaya respecto a la que se produjo con la del industrial Julio Iglesias Zamora.

El secuestro de Aldaya es el tercero de mayor duración de los cometidos por la banda terrorista ETA, por debajo del de Emiliano Revilla con 249 días, y el de Iglesias Zamora, con 117 días en poder de ETA.

Las organizaciones pacifistas han organizado para mañana, cuando se cumplen tres meses de su secuestro, una anifestación que pedirá la liberación del industrial, que recorrerá las calles de San Sebastián hasta llegar a la plaza de la Paloma de la Paz, para unirse a la concentración de los trabajadores de Alditrans.