EL SECUESTRO DE ALDAYA IGUALA AL DE REVILLA, EL MAS LAGO DE LA HISTORIA DE ETA

SAN SEBASTIAN
SERVIMEDIA

El industrial guipuzcoano José María Aldaya, secuestrado por ETA hace 249 días cuando se dirigía a su domicilio el pasado 8 de mayo, iguala hoy el record de tiempo que Emiliano Revilla permaneció en manos de la banda armada, el secuestro más largo de la historia de los cometidos por ETA.

Pese a que ambos secuestros tienen una similitud en cuanto a los días de permanencia en poder de la banda terroristas, hay importantes diferencias ente uno y otro, ya que tras el cautiverio de Aldaya se registró una movilización social inexistente en anteriores ocasiones. Frente a los pacifistas se han contramanifestado los simpatizantes de Herri Batasuna con agresiones, amenazas e insultos.

La familia de José María Aldaya nunca pensó que este secuestro pudiera prolongarse hasta convertirse en el más largo de los cometidos por ETA y considera que existen otros intereses diferentes al económico, a los que la banda armada está sacando una rentabilida.

Los Aldaya mostraron siempre su disposición al pago de un rescate que, por otra parte, han negado haber realizado, pese a que diversas informaciones aseguraban que la familia ya habría abonado los primeros plazos.

El portavoz de la familia, Inaxio Altuna, dijo desconocer las razones por las que el empresario continúa secuestrado, ya que si el móvil fuese económico "se podría haber resuelto hace mucho tiempo".

Durante los 249 días que dura el cautiverio de Aldaya, sus trabajadores, acompañaos constantemente por los hijos del industrial, se han movilizado para pedir la liberación de su jefe y compañero, y tampoco imaginaban que el secuestro pudiera convertirse en el más largo, lo que calificaron de "record de dolor, pena y sufrimiento".

Los empleados de Alditrans han reiterado su temor a la pérdida de sus puestos de trabajo, debido a la mala situación de la empresa, que soporta un pasivo importante por la pérdida de contratos que precisan de la firma de Aldaya y que, junto con el hipotétco pago de un rescate, haría inviable la continuidad de la empresa.

Familia, amigos y trabajadores de Aldaya esperan que el empresario pueda superar las secuelas que le produzca el largo cautiverio, debido a su fortaleza y fuerte carácter, aunque son conscientes que, en una primera etapa, podría necesitar ayuda profesional.

Los allegados de José María Aldaya se mostraron convencidos de que, en el momento de su liberación, deberán arroparle y darle "calor de familia" para intentar que las secuelasse minimicen lo más posible.

(SERVIMEDIA)
12 Ene 1996
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