Las discrepancias con la labor de la dirección del partido se han intensificado en las últimas semanas. La Ejecutiva Federal minimiza estas críticas y las atribuye, en buena medida, a una maniobra orquestada desde el PP para tapar "el barullo" de la sucesión de Aznar.

N obstante, desde la Comisión Ejecutiva Federal reconocen la necesidad de clarificar algunos mensajes y, sobre todo, de transmitirlos adecuadamente a los ciudadanos para que perciban la existencia real de una alternativa al actual Gobierno.

Diputados socialistas no vinculados directamente con la actual dirección coinciden con esta necesidad, pero lamentan que algunos dentro del partido "se impacienten cuando no ven resultados inmediatos" en encuestas o en elecciones autonómicas como las últimas celebraas en Euskadi y en Galicia.

Consideran, en este sentido, que aún es "prematuro" juzgar a la nueva dirección, cuando las dificultades del reajuste tras una larga época de crisis eran notables y cuando, además, aún faltan casi tres años para los comicios generales, que serán, apuntan, "la prueba de fuego".

Estos diputados precisan que, pese a la necesidad de ir mejorando, la dirección lo está haciendo "sustancialmente bien" y el mayor problema con el que se topa el partido es "la proa mediática" initada por el PP.

"Hagan lo que hagan, habrá críticas desde dentro y desde fuera, porque no se puede contentar a todos. Si es prudente para guardar naves ante la recta final, le dirán que es flojo, y, si ataca, le criticarán por crispar", apuntan.

FIRMEZA Y RESPETO

Otras sensibilidades del partido, las situadas más a la izquierda, es decir, Izquierda Socialista y los encuadrados en el antiguo sector "guerrista", hablan abiertamente de la necesidad de "mejorar la definición de objetivos y la estrtegia empleada para alcanzarlos".

Coinciden en que la oposición a un Gobierno con mayoría absoluta no puede hacerse "tirando a todo lo que se mueva", pero advierten de que es imprescindible "mantener la firmeza" y obligar al Ejecutivo "a guardar respeto".

Esto no ha ocurrido, desde su punto de vista, con algunos de los órdagos lanzados en los últimos tiempos por la dirección socialista al Gobierno, como el caso de la renovación de los órganos institucionales, que condicionaron a una rectificaciónde Rato.

Consideran que aquella rectificación no fue tal, y que la dirección dio marcha atrás en el último momento. Es necesario, reiteran, "mantener la firmeza, obligar al respeto y definir un proyecto lo más autónomo posible respecto de los poderes fácticos y mediáticos".

Alertan también a la dirección de la necesidad de hacer políticas "más próximas a la sociedad" y reprochan, por ejemplo, que el partido no haya explicado en provincias lo sucedido con Gescartera y se haya limitado a dar ruedasde prensa en la sede federal o en el Congreso de los Diputados, limitando así su repercusión al enfoque de los grandes medios de comunicación.

En consecuencia, resaltan que la estrategia de la dirección es "manifiestamente mejorable" y concluyen que "ni en el momento de su elección era todo tan bonito como pintaban, ni ahora está tan mal como quieren aparentar algunos".

Coinciden, en todo caso, en que nadie dentro del partido cuestiona el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero, y de que las custiones mejorables merecen "una reflexión serena, pero no una comedura de coco ni más importancia de la que tiene".