En la facturación del sector videográfico, que supone un 15 por ciento más que la alcanzada en 1996, se contabilizan los alquileres, la venta directa y la venta en quioscos de películas con fascículos, prensa, revistas y promociones.

Sin embargo, el número de copias bajó hasta los 52,5 millones, frente a los 55 millones de copias comercializadas en 1996. El descenso se debe al bajón que sufrieron las promociones en prensa.

En contrade los pronósticos negativos sobre la repercusión de la televisión digital en la demanda del sector videográfico, se prevé que este año el vídeo obtendrá una cifra récord de ventas de 100.000 millones de pesetas.

Las grandes distribuidoras norteamericanas y sus colegas españolas se han comprometido formalmente con la Federación Española de Videoclubes a que sus películas se exploten durante seis meses en los videoclubes antes de cederlas a las cadenas de televisión digital.

De este modo, los videclubes se aseguran el estreno de las películas antes de ser emitidas por la televisión digital a través de los canales de pago por visión.