La delicada situación financiera que el PSOE balear arrastra desde hace varios años obligó a la Ejecutiva federal a intervenir su contabilidad.

La corriente crítica representa a un tercio de la militancia del partido en las islas y en ella se integran el guerrista y ex secretario de inanzas, Emilio Alonso y el ex alcalde de Palma y ex miembro de la Ejecutiva federal, Ramón Aguiló, entre otros antiguos dirigentes dentro del partido.

Joaquín Chinchilla pidió hoy la dimisión del actual secretario general del PSIB-PSOE, Francisco Triay, como paso previo a la convocatoria de un nuevo congreso regional extraordinario para elegir una nueva dirección del partido en las islas, ahora en manos del sector renovador.

Chinchilla señaló que Triay es en parte responsable del estado de las centas en el partido, pero recalcó que "el verdadero culpable de la quiebra financiera que atravesamos" es el anterior secretario general, Joan March.

Las deudas del PSOE, derivadas fundamentalmente del gasto en las últimas campañas electorales, estuvieron a punto de hacer perder al partido su sede central en Palma. Un juez ordenó el embargo de este inmueble para satisfacer una deuda a la entidad de ahorros "Sa Nostra" por valor de 13 millones de pesetas.

El embargo quedó congelado tras alcanzar ls partes un principio de acuerdo que permite al PSOE regional satisfacer esta cantidad en sucesivos plazos.