Esta organización hace un balance muy negartivo de 1997 para el sector, debido a los precios a la baja en la mayoría de los productos, los "gravísimos daños" provocados por la climatología y las consecuencias de la política agraria counitaria, "sobre todo por la ausencia de una interlocución eficaz del Gobierno español en la UE".

Según estas fuentes, 250.000 millones de pesetas de pérdidas se debieron directamente a las mala climatología, mientras que el resto fue por penalizaciones derivadas de la política agraria comunitaria y "la falta de resultados concretos positivos para España".

La organización agraria recuerda que, de acuerdo con los datos de Eurostat, la renta del sector bajó un 2,7% el año pasado en nuestro país y ls precios agrarios descendieron un 12%, mientras que se produjo un significativo aumento en los costes de los combustibles y los lubricantes (el gasóleo agrícola subió casi un 15%). La población activa en el sector ya se situó por debajo del millón de personas.

Otros inconvenientes con los que tuvieron que enfrentarse los ganaderos y agricultores fueron el aumento del consumo de piensos (que también subieron de precio) por la mala cosecha de cereales. Además aumentaron los costes de los productos fitoanitarios y zoosanitarios.

UPA también destaca que nunca el sector español fue tan gravemente sancionado por la UE como en 1997, al que califica como "el año de las multas". Las penalizaciones ascendieron a 100.000 millones de pesetas.

A este factor negativo se une el hecho de que se produjo un nuevo retroceso (acumulable al registrado en 1996) en las partidas que percibe España del FEOGA (fondos comunitarios de orientación y garantía).