Según los datos de estas organizaciones, los industriales envasadores de vino han importado más de dos millones de hectólitros a un precio inferior al ofertado por los productores nacionales, obligando a éstos a almacenar su producción.

El sector agrario ha denunciado que este vino argentino no puede ser identificado por los consumidores, pues los industriales no lo indican en las etiquetas. Además, el precio al que se compra el vino argentino es inferior al precio de coste para el productor nacional, dada su menor calidad.

Además, los productores tratarán con la ministra la situación de la reforma de la OCM (Organización Común de Mercado) del vino, que, tras dos años de paralización por la oposición española, puede reactivarse en beve, como demuestra el reciente seminario organizado sobre el tema por el COPA-COGECA (órgano consultivo de la UE, formado por las organizaciones de productores de todos los países).