Manuel Blázquez Solís ingresó en la prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid) el pasado 14 de diciembre para cumplir una pena de 17 meses por deserción.

El joven preso y el otro soldado de reemplazo que se negó a enrrolarse, José Antonio Escalada, ya permanecieron en prisión en la primavera de 1991 por negarse a partir en las corbetas "Infnta Elena" y "Vencedora", destinadas al Golfo Pérsico tras la invasión de Kuwait por el Ejército iraquí.

Los dos jóvenes presentaron solicitudes formales para que les declarasen objetores de conciencia, pero la ley española impide dicha condición durante el periodo de incorporación a filas.

Cada uno de ellos fue sometido a dos consejos de guerra, uno por negarse a seguir cumpliendo el servicio militar y otro por no incorporarse a filas tras abandonar la prisión preventiva. Según datos del Movimieto de Objeción de Conciencia, cada uno de ellos fue condenado a un total de 22 meses de cárcel.

AI ha pedido la inmediata puesta en libertad de Manuel Blázquez y ha reivindicado el derecho a la objeción sobrevenida, para que los jóvenes que estén realizando el servicio militar puedan tener la posibilidad de convertirse en objetores.

En opinión de Amnistía Internacional, José Antonio Escalada y Manuel Blázquez Solís son "genuinos objetores de conciencia y por tanto, el ejercicio de tal derecho no uede ser limitado, como ocurre actualmente en España".