En un desayuno organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), el ministro apuntó que es imprescindible incorporar el factor España a las decisiones de consumo y apostar por el "made in Spain" no sólo en el exterior, sino también "dentro de nuestras fronteras".

Defendió que no es una política proteccionista y aseguró que, de llevarse a cabo, podría compensar parte de la caída del consumo en España, que descenderá cerca de un 1,5% este ejercicio (lo que supone 7.000 millones de euros).

"Puede caer el consumo sin que haya destrucción de empleo", dijo. Para ello, es necesario que los ciudadanos, en su decisión de compra, añadan el "factor España" a los demás que manejan (precio, calidad, renta, etcétera) y, de este modo, sustituyan 150 euros de productos importados por la misma cantidad de dinero en productos y servicios españoles.

Puso como ejemplo que este año, en lugar de ir a esquiar a los Alpes, se acuda a Sierra Nevada, o en lugar de comprarse un abrigo confeccionado en el extranjero se opte por un producto nacional.

"Hay que apostar por España, por nuestros productos, nuestra industria y nuestros servicios". En definitiva, "hay que apostar por nosotros mismos", concluyó.