Según informes periciales, la ubicación del gato en un automóvil de este modelo fue la causa directa de las lesiones mortales que sufrió en 1989 M.R.S., de 56 años. La propietaria del vehículo ha demandado a Seat por infracción de la Ley del Consumidor y reclama 30millones de pesetas por daños morales, así como la aplicación de un conjunto de medidas para evitar que la tragedia se repita, según publica hoy "El Periódico de Catalunya".

El choque mortal, en el que se vieron implicados varios vehículos, ocurrió el 23 de abril de 1989 en la N-II, a la altura del término municipal de Cales d'Estrac (Barcelona). El accidente se produjo cuando el conductor de un Seat 127 invadió el carril contrario de la calzada, colisionando primero lateralmente con un Renault 5 y lugo con otro Seat 127, en el que viajaba M.R.S., que resultó muerto.

En el modelo Seat 127, que ya no se fabrica, el gato se aloja sobre la chapa del paso de ruedas delantero derecho del vehículo, en posición horizontal y en sentido paralelo al de la circulación del coche.

El fallecido ocupaba el asiento delantero derecho del vehículo y su muerte se produjo por traumatismo torácico-abdominal e insuficiencia respiratoria aguda. Las lesiones fueron causadas por la "contusión invasiva perforante del ato de ruedas", según los peritos. El artefacto arrancó la chapa del salpicadero y penetró en el habitáculo del turismo, impactando en el pecho del copiloto.

El abogado de la demandante, Enrique Cancelo, explicó que el caso está en los tribunales porque los requerimientos notariales tanto a Seat como a Volkswagen no han obtenido una respuesta satisfactoria.

La demanda exige el cambio de ubicación del gato de ruedas de la parte delantera del vehículo a la trasera, tanto de los Seat 127 que estén e circulación como en todos los coches que la empresa haya fabricado o vaya a fabricar.