Las pérdidas definitivas de la compañía, que ya se conocían de forma aproximada desde hace varios meses, se deben, según el análisis de la dirección de Volkswagen, a la caída del mercado automovilístico, que en España llegó a ser del 24 por ciento, al encarecimiento de los suministros a causa de la devaluación de la peseta, a lo elevados costes y a la puesta en marcha de la factoría de Martorell.

Los números rojos presentados por el consorcio alemán provocaron la decisión de reducir la plantilla de Seat de 14.000 a unas 9.400 personas, a la reconversión de la factoría de Zona Franca en un parque industrial de componentes y a la venta de la fábrica de Landaben (Pamplona).

La facturación de Seat cayó un 23 por ciento durante el 93, y la producción y las ventas disminuyeron en un 18 por ciento en el mismo periodo.

En l citado informe se explicó que Volkswagen tuvo pérdidas durante el primer trimestre del año, aunque a partir del tercero su balance se cerró con números positivos. El conjunto del grupo vendió en el 93 más de tres millones de automóviles, un 11 por ciento menos que en 1992.