El acuerdo establece que la Armada francesa podrá patrullar frente a las costas de Senegal para impedir la salida de cayucos, y que Senegal se compromete a admitir la repatriación de todos los senegaleses que lleguen ilegalmente a Francia.

Respecto a la inmigración regularizada, el Ejecutivo galo se compromete a dar visado a hombres de negocios y a artistas, y también a ofrecer una mejor acogida a los estudiantes senegaleses, aunque manteniendo la idea de que vuelvan a su país al finalizar sus estudios o después de una primera experiencia laboral en Francia.

En el terreno de la ayuda económica, Sarkozy ha comprometido en primera instancia una partida de microcréditos de 2,5 millones de euros, especialmente para el sector de la agricultura. Esta ayuda es muy inferior a la ofrecida por España, de 20 millones de euros.

En su visita a Dakar para firmar este acuerdo, Sarkozy reiteró que "ni Europa ni Francia pueden recibir a todos los que sueñan con Eldorado"

El viaje de Sarkozy, no incluido previamente en su agenda ministerial, cogió por sorpresa a la oposición socialista en Francia, ya que la favorita para ser la candidata a la Presidencia de la República, Ségolène Royal, tenía previsto efectuar una visita a Dakar la próxima semana. Royal reaccionó declarando que, si el anuncio de su viaje ha servido para acelerar el acuerdo con Senegal, lo da por bien empleado.