En un comunicado de prensa, el prelado señala que "la preocupación es máxima ante el progresivo empobrecimiento del pueblo jienense, que contra abundantes promesas y confiadas esperanzas, se ve en la pendiente de la regresión en lugar de avanzar por el camino del desarrollo económico y el bienestar social, mediante el crecimiento de la industria y del comercio, y de la revitalización de la agricultura".

A su juicio, "es injusto que las empresas estimen como valor prioritaro y decisivo el simple lucro de sus instalaciones, haciendo depender de ese objetivo la relación laboral, el trato con las personas y el compromiso social que les vincula con sus trabajadores".

El obispo censura que, por parte del Gobierno central, se hayan producido "actuaciones respecto al pueblo de Jaén que parecen equivalentes o muy semejantes a las que ahora se lamentan en el comportamiento industrial de las multinacionales, esto es, suprimir aquellos servicios que no son directamente rentables dsde perspectivas económicas".

El prelado concluye que "tenemos que ser capaces de frenar las decisiones y actuaciones últimas respecto de los graves problemas que afectan a nuestra sociedad".